Gallina vieja hace buen caldo

Nada como un buen caldo para enriquecer tus comidas. A lo largo de mis años cocinando he descubierto una infinidad de recetas de caldos. Desde los clásicos hasta los que van de acuerdo a las costumbres y producción de determinados ingredientes de una región del mundo.

Este abanico es tan amplio como familias hay en el mundo. Por ejemplo, si es hecho en una casa de familia italiana puedes encontrar que sus caldos pueden llevar hinojos o alcachofas; por otro lado, si es china puedes encontrar recetas donde se incorporan el anís estrellado y lemongrass (citronella, limoncillo o hierba luisa). Hay quién le pone hongos al caldo de carne y ajo porro al de pollo, y así, innumerables variantes.

Tristemente, la agitada vida que llevamos hoy en día y la falta de tiempo para cocinarlos ha hecho que el uso de los caldos en la cocina haya disminuido considerablemente, optando por versiones industriales que van desde los caldos vendidos por litros en tetrapack hasta los deshidratados en cubitos, y en el peor de los casos, siempre son sustituidos solo por agua, por lo que este preciado líquido termina siendo utilizado exclusivamente en los restaurantes.

Ahora bien, yo te traigo una propuesta para que no pierdas la oportunidad de hacerlos en casa y disfrutar del aroma y el sabor que traen consigo.

Aquellos domingos en los que tenemos tiempo para disfrutar sin salir de casa con nuestra pareja y nuestros hijos, son ideales para preparar un caldo. Sólo tienes que tomarte un ratito para picar tus vegetales, saltearlos ligeramente en la cacerola dónde vas a cocerlo, agregar las piezas de pollo, carne o mariscos, si es el caso, agua y listo. Después de esto él se hace solito en una cocción lenta y prolongada, y tú podrás dedicarte a jugar con tus hijos, a ver una película, o simplemente, a mimarte leyendo un buen libro.


Estas son algunas de mis recetas de caldos

• Caldo de Pollo
• Caldo de Res
• Caldo de Mariscos