miércoles, 16 de marzo de 2016

Quinoa con vegetales y guacucos…cumpliendo con Dios y con nuestro cuerpo

Llega Semana Santa y, para todos aquellos que hemos sido criados bajo la religión católica, son los días en los que no podemos faltar al compromiso de no comer carne; pero para los venezolanos es cada vez más difícil conseguir cosas en los mercados debido al desabastecimiento que se ajusten a nuestro presupuesto, sobretodo en épocas como estas donde el pescado llega a valer el triple de su costo habitual.
Por eso la propuesta de hoy es ofrecerte una receta con quinoa, un producto que, aunque es más costoso que el desaparecido arroz, hoy es más fácil encontrarlo en muchas tiendas, es más sano y amortiguas el gasto con unos deliciosos guacucos que puedes conseguir con o sin concha (para esta receta los usé sin concha) en cualquier pescadería a un costo realmente más bajo que el pescado o los mariscos. Para los que no viven en Venezuela, podemos decir que estos pequeños moluscos son como una especie de almejas mucho más pequeñas que crecen enterradas en el fango de pantanos de agua salada y son comunes en el Sur del Caribe, desde Belice hasta Colombia, en el Golfo de Venezuela y en el Lago de Maracaibo. Los más famosos en nuestro país son los de la isla de Margarita, tánto que una playa lleva su nombre, Playa Guacuco, además de los de la Restinga en donde se obtiene la mayor pesca.
Espero que disfrutes de esta receta tanto como yo y me cuentes, si la haces, qué tal te salió.

Ingredientes
1 ½ taza de guacucos limpios, escurridos y sin cocha (480gr)*
½ taza de quinoa
½ a 3/4 taza de caldo de mariscos, agua o una mezcla de ambos
¼ taza de brandy
200 gr de tomates en lata picados en dados pequeños (pulpa y jugo por separado)
2 dientes de ajo triturado
1 tallo de ajo porro mediano picado en rodajas o láminas finas (sólo la parte blanca y la verde más tierna)
1 tallo de cebollín picadito
½ jalapeño picado finamente (si te gusta más picante agrega un jalapeño completo)
1 cebolla mediana picada en dados pequeños
½ pimentón picado en dados pequeños
½ taza de zanahoria picada en dados pequeños (puedes usar las congeladas)
½ taza de guisantes frescos o congelados
3 cucharadas de aceite de oliva
2 taza de rúgula picada toscamente
Sal y pimienta al gusto
*Si vives en Caracas la gente de Frescados vende los guacucos limpiecitos sin un grano de arena y pelados (tienen delivery). Si no, pregúntale a tu pescadero si los vende limpios. Puedes hacerlos con concha si no los consigues ya pelados.

Preparación
En una cacerola mediana o un sartén que funcione como una paellera con tapa, calienta el aceite de oliva junto con el ajo a fuego medio bajo, incorpora la cebolla, el ajo porro, el cebollín, el jalapeño, el pimentón y rehoga tus vegetales hasta que la cebolla esté transparente como unos 5 a 7 minutos; agrega el tomate y sigue cocinando por unos 5 minutos más para que reduzca un poco el líquido.
Ahora sube el fuego, agrega la quinoa, los guacucos y el brandy y cocina removiendo constantemente hasta que se haya evaporado casi en su totalidad el líquido. Incorpora el jugo del tomate, ½ taza del caldo, la zanahoria, los guisantes y condimenta con la sal y la pimienta; tapa tu cacerola y baja el fuego al mínimo cocinado la preparación alrededor de 20 minutos hasta que la quinoa esté cocida. De vez en cuando chequea la cantidad de líquido y si hace falta agrega de a poco el caldo restante.
Una vez lista, retírala del fuego y rectifica el punto de sal. En este punto puedes agregar la rúgula y mezclarla en su totalidad con la quinoa o servirla por encima en cada plato como puedes ver en la foto. En ambos casos funciona y es deliciosa. La idea es que se cueza la rúgula ligeramente con el calor residual de la quinoa caliente. A la hora de servir, agrega un poco más de aceite por encima, un poquito más de brandy para que realce el sabor de los guacucos y espolvorea con un poco más de pimienta recién molida.

Rinde 6 a 8 porciones

martes, 15 de marzo de 2016

Cuando la comida se vuelve un proyecto de vida

Desde que era adolescente me encantaba cocinar, imitaba a mi mamá o a mi padrino en la cocina e invitaba a mis amigos a cenar. Pero no fue hasta que nació mi hijo y tuve que dejar de trabajar por su salud, cuando tomé la decisión de estudiar cocina formalmente hace ya 16 años.
Después de muchos años de estudio, de experimentar continuamente, publicar recetas, dar talleres de cocina saludable y trabajar como cocinera estos tres últimos años en "Culinarius" (mi marca de productos artesanales), descubrí y aprendí a utilizar ingredientes que sólo conocía de oídas... como la quinoa, determinadas legumbres y la cebada... en recetas que pueden mejorar la base de la comida diaria. Comprobé que pueden ser el sustituto de ingredientes tan tradicionales como el arroz y que, además, los puedes combinar con todo tipo de proteínas y vegetales para transformarlos en platos suculentos, apropiados para nuestra salud y acordes con los últimos descubrimientos de la ciencia médica.
De todo este camino, aprovechando la enorme experiencia de un médico extraordinario del cual tengo la bendición de ser su hija, nace un proyecto en sociedad médico-cocinero con la Dra. Lima, a partir del cual hoy tengo el orgullo de presentarles un recetario digital (el segundo de la serie) esta vez junto a un plan de alimentación que hará que logres reiniciar tu metabolismo, logrando una mejor calidad de vida y un cuerpo más sano, más joven y más delgado.
Contarás con un programa que consta de una fase de desintoxicación y 14 días para renovar tus papilas gustativas (puedes encontrar información detallada de la parte médica del programa en www.maxviate.com) para dar marcha atrás a todos estos años de mala información que le has dado tus células, con más 80 recetas y tips para hacerte fácil y rico comenzar una vida más saludable.
Este es nuestro video de presentación del programa y te dejo algunas de las imágenes de lo que puedes encontrar en el recetario.



Si después de ver toda la información que la Dra Lima tiene sobre el programa, estás interesado en adquirir el recetario, puedes ponerte en contacto con nosotras a través de ambos blogs o por los siguientes correos:

martes, 8 de marzo de 2016

Trufas de chocolate negro con crema de coco… la caballería al rescate

Las trufas de chocolate cubiertas de cacao en polvo tienen su origen en Bélgica y deben su nombre a su parecido con las trufas (hongos) que crecen debajo de la tierra en regiones de Francia e Italia, las cuales, son desenterradas por cerdos y perros entrenados especialmente para eso.
Siguiendo el programa “Reinicia tu metabolismo, comiendo para una vida mejor” de la Dra. Maru (www.maxvitae.com) y luego de hacer para ella y su programa el recetario de la primera fase, descubrí (seguramente pensarás que tarde, jaja) que me gustaba la crema de coco y que, además, en muchos casos, es el sustituto más saludable que existe para a crema de leche; no sólo por el problema que sufren muchas personas al ser intolerantes a la lactosa, sino que agrega un gran valor nutricional a tus comidas por ser rica en sales minerales, ácido fólico, calcio, magnesio, potasio y vitamina B, entre otras. Se pensó durante mucho tiempo que su grasa era dañina, pero estudios recientes demostraron que sus grasas son más bien de excelente calidad y que su consumo nos ayuda a combatir enfermedades cardiovasculares.
Ahora dile a una chocohólica como yo que, además de los beneficios ya conocidos del chocolate negro, comer trufas con crema de coco son la medicina de última generación que necesitas, convirtiéndolas en la caballería que necesitamos para rescatarnos de caer en viejos hábitos cuando la necesidad de algo dulce apremia para acompañar un café o el té de la tarde.

Ingredientes
120gr de crema de coco (no leche de coco)
300gr de chocolate negro al 60%
1 cucharadita de café instantáneo
1 cucharadita de vainilla líquida
1 cucharada de aceite de coco
1 1/16 cucharadita de sal marina
2 cucharadas de cacao en polvo, 4 cucharadas de coco rallado o cualquier tipo de fruto seco tostado y triturado (almendras, maní, avellanas o el que más te guste)
Preparación
Pica en trocitos pequeños el chocolate, colócalo sobre un tazón pyrex, agrega el resto de los ingredientes y ponlos sobre una olla con unos 3 dedos de agua caliente a baño maría sobre un fuego bajo. Es importante que el fondo del tazón que contiene el chocolate no toque directamente el agua, para asegurarnos de no quemar el chocolate mientras lo derretimos y calentamos toda la preparación. Mientras se derrite el chocolate ve mezclando suavemente para que se incorporen bien todos los ingredientes; una vez derretido, retíralo del fuego y deja que se enfríe a temperatura ambiente, luego cubre el tazón con papel film (envoplast) y refrigera la mezcla por lo menos 2 ó 3 horas en la nevera para que endurezca.
Para hacer las trufas, coloca sobre un platico hondo el cacao en polvo, el coco o los frutos secos molidos, retira la mezcla de la nevera y con la ayuda de una cuchara de sopa (yo uso una de esas que sirven para colocar las mezclas de galletas o para hacer bolitas de helado pequeña) o una para sacar bolitas de melón, toma porciones del chocolate medianas y ruédalas entre tus manos para formar una bola lo más redonda posible e inmediatamente ruédala por el cacao en polvo, el coco rallado o los frutos secos que hayas elegido, hasta cubrir toda la superficie. Traspasa las trufas ya listas a un envase hermético y refrigéralas. Retira tus trufas de la nevera unos 10 minutos antes de servirlas para que pierdan el frío. Si te parecen que aún están un poco duras, no te angusties, esta mezcla suele ablandarse muy rápido y de seguro mientras sirves el café o el té para acompañarlas ya estarán más suaves. Una vez en la boca se funden muy rápidamente.

Rinde 18-20 trufas

viernes, 4 de marzo de 2016

Batatas con tocineta y huevos fritos… pasando del desayuno al brunch un domingo cualquiera

Y es que el domingo es el día para flojear en la cama hasta tarde, cuando no hay prisa para terminarse el café y el desayuno puede ser fácilmente entre 11 y 12. Inspirada en una hermosa canción que rueda por ahí de Diego Torres con Rubén Blades, el domingo pasado hicimos un brunch en casa con estas ricas batatas con tocineta crujiente. Conocidas como “home fries” por los estadounidenses (típicas para el desayuno en algunas zonas) y como “patatas a la pobre” en España, sirvieron de cama para unos huevos fritos, terminando con un gran plato de fruta fresca y un par de horas de risas y cháchara amena con cafecito recién colado.
No dejes pasar el tiempo que tienes en este mundo sin disfrutar de unas buenas horas en familia un domingo cualquiera, esa es y será siempre tu gasolina para seguir adelante ante las dificultades y los tiempos difíciles, y como ves, no siempre hace falta gastar una fortuna para disfrutar de una rica comida.

Ingredientes
120gr de tocineta picada en dados medianos (40gr por persona)
3 batatas medianas peladas y picada en dados medianos
6 huevos
2 cucharaditas de aceite de coco
Sal y pimienta al gusto*
Perejil liso picadito

Preparación
Precalienta el horno a baja temperatura… unos 200°F. En un sartén antiadherente calienta a fuego medio el aceite de coco, incorpora las batatas picadas y los dados de tocineta, condimenta con pimienta, tapa y baja el fuego. Cuece todo por unos 10 a 15 minutos, removiendo de cuando en cuando, hasta que ambas estén doraditas. Traspásalas a un platón refractario o bandeja de hornear y mételas al horno para que se mantengan calientes mientras fríes los huevos.
Sube el fuego y en el mismo sartén donde hiciste tus batatas fríe los huevos de dos en dos. Para servir, coloca 1/3 de la preparación de las batatas en cada plato, coloca por encima los huevos, sal pimienta los mismos y espolvorea con el perejil picadito. Sirve de inmediato.
*Para este tipo de preparación no suelo agregar sal a las batatas para que contraste su dulzor junto a la tocineta salada. Solamente salo los huevos por separado al momento de hacerlos.
Rinde 3 porciones

miércoles, 2 de marzo de 2016

Panquecas de yogurt con proteína…un rico comienzo para los días del fin de semana

Una de las cosas que más extrañaba cuando me ponía a “dieta” era un rico desayuno con panquecas, esos que eran súper abundantes llenos de harina de trigo y altos en azúcar, pero eso ya no es un problema. Cuando uno aprende a cocinar para un programa de salud donde buscas hacer más que una dieta, cambiar cosas en tu metabolismo y poder reiniciarlo, también cambian mucho los gustos y las necesidades que creías que tu cuerpo necesitaba. Una vez que empecé a sentir los cambios en mi organismo y a sentirme mejor que nunca comiendo cosas muy ricas sin agredir mi cuerpo, mi mente comenzó como loca a imaginar cambios en recetas tradicionales y llevar a cabo muchos experimentos divertidos para transformarlas en un platillo sabroso y saludable. Atrévete a jugar con tu comida, verás que la mayoría de las veces obtendrás platos muy buenos que te podrás comer y no tirarlos a la basura, además aprenderás muchísimo en el camino y abrirás tu mente a sabores nuevos.
Empieza por cambios sencillos como el caso de estas panquecas, en mi receta original utilizaba suero de leche, harina de trigo todo uso, azúcar, ralladura de limón, huevos y vainilla; como topping normalmente usaba mantequilla y syrup de maple de mala calidad, es decir, lo tradicional. Sustituí la harina de trigo por proteína en polvo, el suero de leche por yogurt griego, el azúcar por pasta de dátiles y mantuve el resto de mis ingredientes, en cuanto al topping cambié la mantequilla normal por mantequilla de almendras y el syrup artificial lleno de productos nocivos por miel de buena calidad. El cambio en esta receta es relativamente pequeño, pero de mucha importancia para el organismo y sobre todo como aprendizaje para las transformaciones en las recetas por venir.

Ingredientes
1 huevo
¼ taza de yogurt griego
2 cucharadas de proteína en polvo
¼ cucharadita de polvo de hornear
1 cucharadita de pasta de dátiles
½ cucharadita de vainilla
½ cucharadita de ralladura de limón
2 cucharaditas de aceite de coco + un poco para engrasar la plancha o sartén
Una pizca de sal marina
1 1/2 cucharaditas de mantequilla de almendras
1 cucharadita de miel

Preparación
Mezcla todos los ingredientes en un tazón y deja que tu mezcla repose unos 5 minutos, mientras se calienta bien la plancha o sartén de teflón donde harás tus panquecas. Ahora, sobre fuego medio bajo, engrasa con un poquito de aceite de coco la superficie de tu plancha y esparce un tercio de la mezcla; cocina por unos minutos hasta que empiecen a formarse agujeritos en la parte superior y estén doraditas, dales la vuelta y cocina por el otro lado hasta que estén doraditas también por ese lado y retíralas del fuego. Sirve tus panquecas con media cucharadita de mantequilla de almendras por unidad y una cucharadita de miel para el total de las panquecas.


Rinde 3 panquecas medianas (1 porción)

lunes, 29 de febrero de 2016

Pasta de dátiles… un edulcorante natural con las aventuras de las mil y una noche en su espalda


Si les cuento que hasta hace un mes para mí el dátil no era una de las frutas deshidratadas que consumía, es más, las veces que los probé fue en épocas navideñas, siempre integrados en tortas negras llenas de especies, y en algunos casos, dentro de alguna cesta llena de productos especiales y lujosos que le obsequiaban a algún conocido como regalo de navidad de una empresa de la cual era cliente.
Hasta ahora no sabía que es la fruta de una palmera, la cual no la deshidratan con azúcar ni sulfitos como muchas otras, sino que se seca directamente en la mata antes de ser recolectada y que, además, es considerada alimento básico en los países del Magreb (adaptación al español del árabe que significa “lugar por donde se pone el sol”, el poniente, la parte más occidental del Mundo Árabe, correspondiente a la región del Norte de África que comprende países como Marruecos, Túnez y Argelia) donde las tribus nómadas en sus largos viajes por los desiertos podían transportarlos fácilmente por su tamaño y sobrevivir por su carga energética. Los Dátiles forman parte de la cultura islámica y están ligados al Ramadán donde la tradición habla que el Profeta del Islam rompía el ayuno con un dátil, como símbolo de austeridad. Fueron los árabes los que extienden el uso y el cultivo de estos frutos de la palmera datilera por todo el mediterráneo, aprovechándolos en cualquier preparación dulce o salada, tanto en la alimentación diaria como en la medicina natural.
Pero como el que busca encuentra, investigando para mi recetario digital en el que estoy trabajando con la Dra. Lima, descubrí que gracias a su dulzor es un buen sustituto del azúcar, convirtiéndose en un edulcorante natural que además aporta fibra, potasio y fósforo; siendo cada vez más utilizado por las últimas tendencias de alimentación saludable. Además, esta pasta es también el sustituto perfecto para cualquier mermelada y combina extraordinariamente con el queso de cabra y algunos quesos madurados, por lo que puede ser un complemento ideal para cualquier mesa de quesos que compartas con tus invitados.


Ingredientes
250gr de dátiles sin semillas
2/3 taza de agua
Preparación
Coloca los dátiles en una taza pyrex bien compactados hacia el fondo, cúbrelos con el agua y caliéntalos por 2 ó 3 minutos en el microondas. Retíralos del horno y déjalos en el agua caliente por un lapso de 3 horas.
Pásalos al procesador junto con el agua y procesa hasta obtener una pasta suave y untable con la consistencia de una mermelada o jalea espesa. Envásala en un frasco de vidrio y mantenla siempre en la nevera. Tiende a obscurecerse un poco con los días, es normal.
Rinde 1 a 1,5 tazas

Tamaño de la porción: 1 cucharadita (5gr)

martes, 23 de febrero de 2016

Mi Congrí... una versión diferente de un plato de la cocina cubana

Hola!!! Por fin estoy de vuelta después de un largo retiro del blog por cuestiones de trabajo y de salud, agradezco a todos mis lectores que me han dejado comentarios y les pido disculpas por no haberles respondido durante mi ausencia. Les cuento que en mis planes de regreso estaré publicando recetas nuevas y con una de ellas comienzo enseguida a ponerme al día con ustedes.
Esta vez el protagonista de esta receta es el Congrí, un plato de origen cubano que comí en unos de mis viajes a Miami, y que, como buena amante de las caraotas negras, conquistó mi corazón. Pero ya muchos de los que me conocen saben que no me aguanto la necesidad de transformar un plato modificando sus ingredientes, por lo que este Congrí a diferencia del original que lleva arroz lo hice con cebada, esta maravilla de cereal bíblico tan saludable y delicioso que es un sustituto perfecto para todas aquellas personas que por problemas de salud no pueden comerlo.
Ingredientes
1/2 taza de cebada perlada seca y rehidratada
2 tazas del agua de cocción de las caraotas
2 cucharadas de cilantro picadito
1/4 taza de pimentón verde picado en dados pequeños
1/3 taza de cebolla picada en dados pequeños
1 ají dulce picado en dados pequeños
2 dientes de ajo triturados
4 cucharadas de tocineta picada en dados pequeños (opcional)*
2 cucharadas de aceite de oliva extra virgen
1/8 cucharadita de comino molido
1/16 cucharadita de orégano y laurel molido
sal y pimienta al gusto
* El uso de algún tipo de carne de cerdo es acostumbrado por la cocina de cuba en este tipo de preparación, la tocineta puede ser uno de ellos aportando mucho sabor. Si sigues una dieta donde el cerdo o sus derivados, en especial los embutidos, son un problema para tu salud, este plato igual te quedará muy rico sólo con los vegetales y las legumbres.
Preparación
En una cacerola mediana, si tienes una pesada de doble fondo mejor; calienta el aceite de oliva a fuego medio alto y dora los dados de tocineta, luego incorpora la cebolla, el pimentón, el ají dulce y rehoga tus vegetales por unos minutos hasta que estén suaves y la cebolla transparente; agrega el ajo, las especias y cocina removiendo unos segundos más hasta que desprenda su aroma. Agrega el agua de cocción de las caraotas, la cebada y un poco de sal hasta que sientas el agua ligeramente salada como el agua del mar. Lleva a punto de ebullición, agrega las caraotas negras precocidas, 1/2 cucharada del cilantro picado, tapa tu olla, baja el fuego al mínimo y cuece el congrí alrededor de 20 a 25 minutos revisando de tanto en tanto la cantidad de líquido.



Sabrás que está listo cuando tu cebada esté al dente y se haya consumido el líquido de cocción. Apaga el fuego agrega el cilantro restante, mezcla bien para incorporarlo, rectifica la sal y la pimienta y sirve de inmediato.
 Rinde 6 a 8 porciones
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