viernes, 9 de diciembre de 2011

Tortilla de Bacalao… un magnífico sustituto de la Tortilla Española en cualquier celebración



Si hay un platillo que repito a menudo en casa para servir como pasapalos en cualquier celebración, esa es la Tortilla Española de papas, pero en estos tiempos modernos en los que nos cuidamos más y somos más selectivos a la hora de comer, donde procuramos nivelar las comidas llenas de carbohidratos sustituyéndolos por platillos low carb (bajos en carbohidratos) es precisamente en las fiestas donde encontramos mayor problema a la hora de servir aperitivos que sigan estas características y que sean espectaculares a la vista y el gusto. Después de probar con distintas combinaciones de sabores, la tortilla de bacalao rica en proteínas y muy baja en carbohidratos se ha ganado su puesto como el mejor sustituto a la tortilla española. Y aunque el bacalao no es un pescado popular en Venezuela y por lo tanto considerado como costoso, no lo es más que un salmón ahumado o un buen Jamón Serrano, típico de muchos de los platillos que se sirven de abrebocas un casi todas las fiestas o reuniones celebradas en muchas casas. Además los cortes de bacalao empleados para esta tortilla son los más baratos ya que solo utilizamos las piezas que anteceden la cola y que no sirven para ser servidas enteras como filetes o postas que salen de los lomos de este pescado. Por último un dato no menos importante a la hora de preparar cualquier plato de bacalao si te gusta, es desalar todas las piezas que compres apenas llegas a casa y luego congelarlas listas para usar, así podrás disfrutar de él cuando quieras sin necesidad de pasar por la penosa labor de hacerlo de 2 a 3 días antes del momento de preparación de la receta.

Ingredientes
2 trozos de bacalao delgados cercanos a la cola previamente desalados (1 ¾ a 2 tazas de bacalao desmenuzado)
1 cebolla grande cortada en juliana
1 taza de pimentones asados cortados en tiritas y bien escurridos
1 diente de ajo triturado
¼ taza de perejil liso picadito
5 huevos grandes ligeramente batidos con un tenedor
Sal y pimienta al gusto
2 cucharadas de aceite de oliva

Preparación
Coloca en una cacerolita tus piezas de bacalao y cúbrelas con agua fría, llévalas al fuego cocínalas por un lapso de 10 minutos, transcurrido el tiempo, cuela el pescado y déjalo enfriar ligeramente para luego con mucho cuidado desmenuzar las piezas en trozos medianos retirando toda la piel y las espinas. Resérvalo. 

Calienta a fuego medio en un sartén mediano de 24 a 25 cm de diámetro el aceite de oliva, agrega las cebollas en juliana y saltéalas por unos 8 minutos hasta que estén transparentes, ahora agrega las lascas de bacalao junto con el ajo triturado y sigue cocinando unos 5 a 8 minutos más, por último agrega el pimentón asado y termina de cocinar tu preparación hasta que quede bien sequita sin ningún tipo de líquido de cocción que te impidan en el futuro que tu tortilla no cuaje por exceso de humedad. Traspasa la preparación a un tazón grande (reserva la sartén tibia sobre fuego bajo, no la laves) y mézclala con el perejil, corrige la sal si te hace falta, según cuanto hayas desalado tu bacalao, y condimenta con pimienta. Por último agrega los huevos batidos y mezcla muy bien hasta que esté todo incorporado.

Engrasa un poquito el sartén de nuevo y regresa esta mezcla, cocina tu tortilla hasta que este apenas dorada por abajo y que se haya cocido al 50%, voltéala para cocerla por el otro lado. Para darle la vuelta a la tortilla los españoles usan un plato de la vajilla diaria de la casa, verás que esa técnica no es tan difícil de realizar y te ahorra el dinero de comprar un sartén doble. Te explico: usando una espátula recorre todo el borde de la tortilla para asegurarte que no esté pegada al sartén, tomas el plato y cubres tu tortilla y con mucho cuidado le das la vuelta para que esta caiga sobre el plato, una vez allí sólo tienes que deslizarla nuevamente al sartén, empujar los bordes hacia adentro para que queden redondeados y terminar de cocerla por esa cara. Una vez lista deslízala con la ayuda de la espátula a un plato limpio de servicio y deja que repose por lo menos unos 15 a 20 minutos antes de cortarla y servirla. 

En casa normalmente la servimos a temperatura ambiente la cual también hace más fácil el proceso de cortarla en bocadillos. Espero que la disfrutes tanto como nosotros y si te quedan algunos bocadillos para el día siguiente, podrás acompañarlos con una ensalada para una comida rápida y ligera. Felices fiestas.

Rinde de 6 a 8 porciones

miércoles, 7 de diciembre de 2011

El Silpat… la mejor inversión que he hecho en mi cocina



El silpat o lámina de silicón antiadherente, es una herramienta muy útil y ampliamente utilizada hoy en día en la cocina, tanto en restaurantes como en casa. Tiene la ventaja de no necesitar usar ningún tipo de grasa sobre ella, y la puedes usar para hornear todo tipo de recetas sobre cualquier bandeja de hornear del mismo tamaño, también como base sobre la cual descansar las galletas cuando las bañas en chocolate y es muy útil a la hora de preparar praliné o decoraciones de caramelo, ya que por su capacidad de antiadherencia no se pega en él mientras se enfrían. Puedes usarlo tanto en horno hasta una temperatura de 249°C o en el congelador hasta una temperatura de -40°C, pero nunca sobre fuego directo. Para mantener en buen estado mi silpat, nunca corto ningún tipo de preparación sobre él y siempre lo envuelvo en papel de seda, lo enrollo y lo guardo en su cajita o dentro de un tubo de cartón de papel absorbo que vaya a descartar. 

Acá te dejo el enlace de alguna de mis recetas donde uso esta maravillosa herramienta.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Galletas de Santa… para mordisquear mientras adornas el árbol de Navidad



Llegó Diciembre y con él todos los preparativos para Navidad, entre ellos decorar el árbol, lo cual hacemos en casa los primeros días de este mes y donde no puede faltar, según mi hijo, sus galletas de Santa, que a pesar de no ser muy dulces son sus favoritas. Esta receta de pasta frolla me la enseñó a hacer mi comadre Daniela, con la cual hacía unos biscochos para tomar en el desayuno y que yo decidí transformar en galletas navideñas para mi hijo cuando era pequeño. Y es que él fue quien le puso el nombre a estas galletas porque se las dejaba a Santa la noche de Navidad para que le trajera un presente si es que al Niño Jesús no le daba tiempo por tantos niños que tenía que visitar esa noche, pero que con el tiempo fue necesario hacer una primera vez antes de Noche Buena porque no quería esperar a probarlas hasta esa fecha. Desde entonces, apenas comienza Diciembre se hacen estas deliciosas golosinas para acompañar la pequeña reunión familiar, para adornar el árbol de Navidad junto con algunas otras preparaciones y el infaltable pan de jamón, dispuestas todas en la mesa a la mano de todos nosotros para compartir en esta pequeña celebración.
Ingredientes
300 gr de harina todo uso
100 gr de mantequilla muy fría
100 gr de azúcar
2 huevos
1 cucharadita de polvo de hornear
Ralladura de 1 limón
½ cucharadita de esencia de vainilla
Preparación
Coloca en el tazón del procesador de alimentos, la mantequilla picada en cubos, el azúcar, la ralladura y la harina, procesa con el botón de pulso por pocos segundos repetidas veces hasta lograr una textura como de arena mojada en la mezcla de estos ingredientes. Ahora con el motor en marcha agrega los huevos y la vainilla por el tubo de alimentación y procesa por unos segundos más hasta que se vuelva una masa y se separe ligeramente del tazón.

Con la ayuda de una espátula, pasa tu masa a una superficie de trabajo sobre un papel film (envoplast) y envuelve muy bien la masa aplanándola para formar un disco o cuadrado de masa llevándola a la nevera para que descanse por 30 minutos y la mantequilla recupere el frío perdido durante el proceso.

Transcurrido este tiempo, retira la masa de la nevera y divídela en dos. Trabajando con la primera mitad y sobre una superficie enharinada o con la ayuda de dos papeles encerados también cubiertos de harina, estira la masa con un rodillo hasta obtener una masa delgada de como 3 mm de espesor. 

Coloca tus cortadores de galleta sobre la superficie de la misma distribuyéndolos de manera que abarque la mayor superficie de masa y presiónalos para cortar la masa. Retira los bordes sobrantes y júntalos de nuevo para repetir esta misma operación. Transfiere tus galletas cortadas a una bandeja de hornear cubierta con un silpat o bien engrasada para que no se peguen al momento de hornearlas. Espolvorea un poco de azúcar por encima y llévalas a un horno precalentado a 350°F por unos 10 a 12 minutos o hasta que los bordes de tus galletas estén doraditos, retíralas del horno y transfiérelas inmediatamente a una rejilla para que se enfríen. Almacena tus galletas hasta por un par de semanas en un frasco o envase hermético.
Rinde 55 galletas aproximadamente
Truco: si enharinas un poco tus cortadores de galletas no se pegaran a la masa a la hora de cortarlas, por otro lado cuando hagas presión sobre ellos también muévelos ligeramente hasta que la galleta se haya despegado por completo de los bordes antes de retirarlos de la masa.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Uhmmm... cosas ricas para regalar


Me encanta regalar cosas ricas para comer y más aún que me las regalen, por eso me gusta compartir con ustedes esta iniciativa que ya tiene 2 años dándose en Caracas y que además de vender productos gourmet artesanales hechos en Venezuela, tienen otra cantidad de expositores que sirven comida para degustar allá. No se pierdan, si tienen oportunidad de pasar por allá un rato, el mercado gourmet que se realiza hoy en la Torre Corp Banca en la Castellana hasta las 6:00 p.m.
Si quieren más información acá les dejo el link Gourmet Lounge

viernes, 2 de diciembre de 2011

Feliz Navidad para todos en cualquier lugar del mundo!!!


Nada más grato que desearles a todos que esta Navidad esté llena de ratos felices compartidos en familia con sus seres queridos, al fin de cuentas, son esos los que se lleva nuestro corazón al momento de nuestra partida. Pero antes que nada también necesito disculparme por estos meses de ausencia en este blog, meses difíciles en los que hemos tenido que superar perdidas familiares que causaron una profunda tristeza y de los cuales surgieron luchas entre las metas personales y el dolor profundo que conlleva a la reflexión de las mismas. Pero hay que seguir adelante y compartir lo más que se pueda con la gente, la que está a tu lado porque vive contigo, la que está cerca porque están en el mismo país y con la que está al otro lado de esta pantalla en otra parte del mundo y con la cual nos comunicamos por la maravilla tecnológica del internet. Por lo tanto compartamos todas aquellas anécdotas y recetas que puedan llevarnos a sentarnos juntos alrededor de una buena mesa en la fiesta más grande del mundo, el nacimiento de Jesús.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Noviembre… a sólo un paso del mes más bonito del año



Y es que Diciembre es el mes más esperado por mucha gente, una época en que, por ejemplo, nosotros los venezolanos nos volvemos locos y entramos en una especie de transe donde cada día deberá durarnos más de 24 horas para todo lo que necesitamos hacer. Además de trabajar en muchos casos más de lo normal con horarios extendidos de trabajo por los comercios debido a las fiestas, corremos de un lado a otro dándole rienda suelta a nuestra compulsión por las compras, desde los regalos hasta la comida que compartiremos no sólo el 24 en Nochebuena, el 25 día de Navidad, el 31 de Fin de Año y el 1 de Año Nuevo, sino muchos de los días desde que arranca el 1 de Diciembre con la decoración de nuestra casa y armado del pesebre y el arbolito. Son días en que después de hacer recorridos por todos los comercios de los centros comerciales y hacer colas interminables para pagar en las cajas de las tiendas y supermercados, llegamos a casa corriendo porque tenemos invitados a cenar o fuimos invitados a casa de alguien más. Son días de fiesta continua de un lugar a otro a veces estresantes pero siempre divertidos que no nos cansamos de repetir año tras año.
Pues nosotros en La Sopa de Tomate no escapamos de esta fiebre decembrina por lo cual empezaremos con tiempo y desde Noviembre con tips, recetas e ideas para compartir durante nuestro mes más bonito del año. Comienza con nosotros nuestra cuenta regresiva desde hoy.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Nace La Sopa de Tomate Light





Hoy tengo el agrado de presentarles un segundo blog el cual no es más que una sección renovada de “comer bien” y que encontrarás de ahora en adelante en su lugar. Se llama La Sopa de Tomate Light y su objetivo es organizar bajo un solo sitio, todas aquellas recetas y artículos de lectura relacionados con un plan de alimentación para mejorar la condición de salud de muchas personas y para bajar de peso para otras, siguiendo un patrón de reducción, cambio o eliminación de carbohidratos más conocido en el mundo de las dietas como Low Carb. Y es que, éste y no otro patrón es el que ha ayudado a muchas personas sobre todo a aquellas que tienen diabetes a seguir un ritmo de vida mejor. Por lo tanto, todas aquellas recetas que ya se han publicado en La Sopa de Tomate que sirvan para este efecto y todas aquellas que se irán publicando en el futuro también las encontrarás cuando hagas click en la pestaña de La Sopa de Tomate Light, además de encontrar un link a este segundo blog al final de cada una de estas recetas o post según le corresponda.




Si quieres sugerirnos algo o compartir cualquier receta, artículo de lectura o texto relacionado a cualquiera de los dos blogs de La Sopa de Tomate, puedes comunicarte con nosotros a través del correo lasopadetomate@gmail.com .

martes, 18 de octubre de 2011

Arroz de Tomate Portugués… a sólo un paso de ser un risotto lusitano.



Solito bañado o como acompañante, este arrocito con un profundo sabor a aceite de oliva que hacía mi abuela Mai y luego popularizó mi mamá en casa podría llegar a ser perfectamente un risotto lusitano, la única diferencia con el tradicional plato italiano es que éste no lleva parmesano en su preparación y la cantidad de humedad para volverlo un arroz caldoso puedes ajustarla a tu gusto, a mi particularmente me gusta bastante caldoso pero para no saltarme la tradición de esta receta, lo presento acá un poco más sequito, tal cual lo hacía mi mamá en mi infancia. En Barcelos, al norte del Portugal Continental, en casa de mis tíos, mi tía solía servirme este arrocito acompañando unas riquísimas chuletas de cerdo empanizadas, pero también es el compañero ideal para el pescado (a mí me gusta con bacalao) o pollo. Si después de todo no te convence la manera de hacerlo al estilo portugués, siempre podrás agregar un poco de queso parmesano y mantequilla y degustarlo como cualquier risotto italiano.
Ingredientes
1 ½ tazas de arroz de grano largo crudo
3 tomates perita picados en cuadritos (yo no les quito ni la piel ni las semillas)
1 lata de tomates pelados pequeña (400gr)
3 a 4 dientes de ajo finamente picados
1 cebolla grande finamente picada
Aceite de oliva* (cantidad necesaria)
3 tazas de agua
1 ½  cucharaditas de sal
Pimienta al gusto
*para este plato en particular me gusta usar aceite de oliva el gallo, de lata roja, el cual no es extra virgen y tiene un sabor más fuerte, de hecho ese es el que se ha usado siempre en casa para prepararlo, pero si te resulta muy fuerte siempre podrás sustituirlo por el que más te guste o mezclarlo con aceite de canola.

Preparación
Pon a calentar unas 2 ó 3 cucharadas de aceite de oliva en una cacerola mediana y profunda, agrega el ajo y la cebolla y rehógalos por unos minutos a fuego medio hasta que la cebolla esté transparente. Agrega los tomates peritas en cuadritos sofríe 2 ó 3 minutos, baja el fuego, tapa tu olla y cocínalos por unos 10 a 15 minutos. Mientras tanto, en un tazón coloca los tomates de lata junto con su jugo y con ayuda de tus manos desmenúzalos hasta tener trocitos pequeños, resérvalos. Una vez transcurrido el tiempo de cocción, sube el fuego y  agrega los tomates de lata y la pimienta cocinándolos hasta que arranque el hervor, vuelve a bajar el fuego y a tapar la olla para cocer la mezcla por otros 15 minutos.

Por último, vuelve a subir el fuego transcurrido este tiempo, agrega el agua y la sal, espera que arranque el hervor de nuevo, agrega el arroz removiendo bien para distribuirlo de forma pareja y baja el fuego otra vez, tapa tu olla y permite que el arroz se cueza por 20 minutos o hasta que este tierno. Durante este último período de cocción puedes agregar un chorrito de aceite de oliva por encima y removerlos hasta mezclarlos bien a la mitad de la cocción. Agrega más agua progresivamente si es que deseas al final tener un arroz más caldoso o sube el fuego un poco los últimos minutos si deseas un arroz más sequito. Sírvelo de inmediato una vez esté listo.
Rinde 4 a 6 porciones

lunes, 19 de septiembre de 2011

Filet Mignon con Champiñones al Oporto… alianza Franco-Portuguesa



Shhh!!!  Me atrevo a decirte que son pocos los cocineros que no tienen como objetivo alguna vez en su vida lucirse con un plato que incluya el filet mignon, pero no se lo digas porque probablemente lo guarde en secreto. Si bien este es el corte de carne más blando, lujoso y relacionado con la alta cocina del mundo, en especial la francesa, no deja de ser un clásico de bistró servido con las tan populares papas fritas, de las cuales hoy se discute su origen. Envueltos o no en tocineta, los medallones de lomito se prestan para combinarlos con infinidad de ingredientes en ricas salsas que puedes hacer rápidamente en el sartén al momento de cocinarlos. Lo único importante que debes tomar en cuenta para prepararlos con éxito es dorarlos relativamente rápido, retirarlos y mantenerlos calientes en un horno a temperatura media por unos minutos, mientras preparas la salsa en el sartén donde los doraste. Seguramente te pasará como a mí, tendrás que practicar unas cuantas veces, pero luego podrás lucirte con cualquier invitado a comer en tu casa y, en el mejor de los casos, no tendrás que estar 24 horas en la cocina para servirle un banquete espectacular. Acompáñalos con unas ricas papas gratinadas que te darán tiempo de echarte un bañito y arreglarte mientras se cuecen en el horno,  para luego sólo dedicarte a la carne sin estar pendiente de otra hornilla en la cocina.
Ingredientes
4 medallones de lomito de entre 180gr a 200gr cada uno
200gr de champiñones cortados en láminas delgadas
1 cebolla pequeña picada en cuadritos lo más pequeños posibles
½ taza de vino de Oporto
½ taza de caldo de res
2 cucharadas de mantequilla
1 cucharadita de almidón de maíz (maicena)
Aceite vegetal para dorar la carne
Sal y pimienta al gusto

Preparación
Unos 15 a 20 minutos antes de cocer tu carne, retira los medallones de la nevera y de la envoltura plástica, colócalos en un plato sobre unas 3 a 4 hojas de papel de cocina y luego cúbrelos con un par de hojas más de papel, presionándolas ligeramente sobre la carne para que se adhieran a la superficie. Déjalos así con el papel a temperatura ambiente para que pierdan el frío de la refrigeración y para que el papel absorba toda la humedad que tengan, este proceso te ayudará a obtener un buen dorado de la carne al momento de la cocción y no bajará en exceso la temperatura de tu sartén al colocarlos en ella. Por otro lado, enciende el horno y deja que caliente todo este tiempo para tenerlo a punto al momento que lo requieras para mantener la carne caliente, la otra opción que puedes usar es calentar muy bien una bandejita de horno o un plato en el microondas, una vez lista la carne colócala sobre el plato caliente y tápalo con papel aluminio, resérvalo en un lugar cercano al calor de la cocina.
Transcurrido este tiempo, coloca al fuego un sartén grande y permite que se caliente muy bien por unos minutos a fuego medio alto, mientras tanto retira todos los papeles de cocina de tus medallones, sazona con sal y pimienta y úntalos con un poco de aceite por ambos lados, por otro lado disuelve la maicena en el caldo de carne frío y resérvalo hasta el momento de usarlo. Ya lista la sartén, agrega un poquito más de aceite y coloca tus medallones tratando de no llenar demasiado tu olla, si la que usas es pequeña tendrás que dorar tu carne por tandas, debe quedar un buen espacio entre uno y otro para que no baje mucho la temperatura y se cuezan en vez de sellarse y dorarse, deja que la carne dore por unos 6 a 8 minutos por lado sin moverlos de sitio ni estar levantándolos constantemente para ver su color porque la manipulación hará que la carne suelte sus jugos en vez de retenerlos una vez más, afectando el proceso de dorado. Pasados estos minutos, dale la vuelta a tus medallones y una vez más dóralos por el otro lado sin tocarlos. Ya lista la carne retírala del sartén y resérvala caliente con cualquiera de los métodos que te describí anteriormente. 
Pon de vuelta el sartén al fuego (sin limpiarla), baja ligeramente el fuego agrega la mantequilla y luego la cebolla picadita, con la ayuda de la cuchara de madera y gracias a los jugos que suelta la cebolla te será muy fácil ir raspando todos los restos de carne que hayan quedado pegados en el fondo, los cuales llenaran de sabor tu salsa, deja cocer la cebolla hasta que este ligeramente transparente, ahora agrega los champiñones y saltéalos ligeramente, incorpora el vino de oporto y cuece todo hasta que casi se hayan evaporado todos los líquidos del sartén. En este punto agrega el caldo con la maicena, sal, pimienta y termina de cocer tu salsa hasta que espese ligeramente removiendo con cierta frecuencia para incorporar bien todos los ingredientes en la salsa y disolver cualquier grumo que pueda tener, ya con la consistencia deseada solo tendrás que rectificar la sal, servir tus medallones en los plato o la bandeja de servicio y bañarlos con esta rica salsa oscura de vino y hongos.
Rinde 4 porciones

jueves, 15 de septiembre de 2011

Gratén Saboyardo… la diferencia radica en el caldo



Suelo mirar a través del vidrio de la puerta del horno, como una niña esperando con la boca hecha agua, mientras gratino estas papas y cuando la fuente llega a la mesa para ser servida, siempre recibe el mejor de los halagos, y es que, no en vano llamado “comida de confort” (confort food), el gratén está siempre en el tope de la lista de platillos para realizar en una deliciosa comida de domingo a la cual uno puede dedicar, más que largo tiempo de preparación, un tiempo largo de cocción. Con su capa crujiente y dorada y por debajo unas tiernas y delicadas capas de papas en rodajas, este gratén típico de la región de Saboya, Francia, hecho a base de caldo de ave en vez de crema de leche, mantequilla y queso, es y seguirá siendo el perfecto compañero por su capacidad de mediar con los fuertes y complejos sabores de muchos platos estofados o asados a base de carne, aves o pescado. Si nunca antes has intentado hacerlo te animo a que lo pruebes, lo único que puede pasar es que te tu hermosa fuente de porcelana para hornear termine rayada, gracias a los intentos furtivos de tus familiares y amigos tratando de despegar hasta el último resto de queso y papa que se hayan adherido al fondo o a los costados de tu refractario, pero esas consecuencias queridos amigos es lo que más llena el corazón de un cocinero.
Ingredientes
4 papas blancas medianas lavadas y peladas
1 taza de caldo de ave (pollo)
150gr a 200gr de queso gruyere o parmesano rallado*
2 dientes de ajo triturados
3 cucharadas de mantequilla derretida más un poco aparte para engrasar el molde
Perejil liso picadito (la cantidad es a tu gusto)
Tomillo fresco ( puedes usarlo siempre y cuando no compita con otros sabores del los platos que vayas a servir)
Sal y pimienta
*La cantidad de queso dependerá de tu gusto por él, aunque estas papas son gratinadas con queso no son “papas al queso”. En mi caso siempre tomo por medida la segunda porque tanto mi esposo como mi hijo son amantes del queso gratinado. Por otro lado puedes hacerlas con una mezcla de ellos siempre y cuando sean fundentes, es decir, que se derritan fácilmente.
Preparación
Precalienta el horno a 190°C (375°F) y engrasa la fuente refractaria o un molde con capacidad para 2 litros. Rebana tus papas bien delgadas como de 0,5 cm o menos, mientras más delgadas más rápida será su cocción en el horno y menos líquido necesitarás, colócalas rebanadas en un tazón grande, agrega la sal, la pimienta, la mitad del queso, el ajo triturado, la mantequilla derretida y un poco del perejil, mezcla muy bien con la ayuda de tus manos hasta que todas la rebanadas de papas estén cubiertas.
Para armar tu gratén, dispón tus papas dentro de la fuente formando capas lo más parejas posible con ellas, agrega ½ taza de caldo reservando el resto por si te hace falta durante la cocción (dependerá de cuánto líquido suelten las papas), reparte el queso restante por la superficie y tapa tu fuente con papel aluminio engrasado para que no se pegue al queso. Hornea durante 30 minutos aproximadamente, para luego retirar el papel aluminio y dejar cocer por unos 30 a 40 minutos más hasta que estén suaves al introducir la punta de un cuchillo y tengan una hermosa capa dorada en la superficie. Al momento de servirlas en la mesa espolvorea con un poquito más de perejil fresco.
Rinde 4 porciones

martes, 30 de agosto de 2011

Las Papas de Parmentier


¿Sabías que las papas llegaron a ser consideradas venenosas? Qué sería de la comida inglesa donde son protagonistas si esta teoría se hubiese mantenido a lo largo del tiempo, para no hablar de las más famosas del mundo como son las papas fritas o papas a la francesa (french fries), las cuales tienen hasta un museo (Friet Museum) en la ciudad de Brujas, en Bélgica, y se disputan el origen de su preparación con los franceses. Cuentan los historiadores que las papas de origen peruano llegaron a Europa en el siglo XVI gracias a los conquistadores, pero que en el viejo mundo eran vistas con desconfianza y hasta creían que eran venenosas. En Sevilla deciden experimentar alimentando a los cochinos, ya que éstos no habían muerto comienzan a emplearlas en un hospital de leprosos siendo un éxito rotundo al saciar bien el hambre de aquellos pobres enfermos durante la escases en las guerras y los crudos inviernos. De España es llevada a Italia y de allí a Bélgica, donde llega a manos de un famoso botanista austríaco llamado Carolas Clusius, quien fuera el autor del primer dibujo conocido de este tubérculo hacia el 1588. También para ese momento ya había entrado en territorio Inglés a manos del explorador Sir Walter Raleigh y Francis Drake.
Wikipedia Commons
Pero no fue hasta que Antonio Parmentier, con sus destrezas culinarias, convirtiera a las papas en un gran banquete digno de la corte de Luis XVI y se propagara su uso en Francia y el resto de Europa. De hecho, fue tan exitoso este banquete que se ingenió un plan para que la población, en su mayoría pobres, pudiese alimentarse de ellas sin temor y saciar el hambre que tanto agobiaba a los europeos de ese tiempo. Parmentier convenció al rey de sembrar las papas en los alrededores de Paris, en un terreno que le había sido otorgado, ordenándose que fuesen custodiadas sólo durante el día para que, en la noche, el pueblo pudiese entrar a robárselas pensando que si el Rey las comía debían ser un valioso majar. Con el tiempo, la gente común terminaría divulgando las bondades de la nueva verdura.
Hachis Parmentier
Wikipedia Commons
Fue así como la papa se hizo famosa y con ella el Sr Parmentier de quien toma el nombre una de las preparaciones más populares de papas y carne que hay en la cocina: el famoso pastel de carne Hachis Parmentier.
Estas son algunas de las recetas con papas que encontrarás en mi blog ya publicadas:






miércoles, 24 de agosto de 2011

Transformaciones...

No hay cocinero que yo conozca cuya imaginación no empiece a correr cuando come un grupo de  ingredientes que, en su conjunto, sea delicioso al paladar y lo quiera adaptar en otra presentación o transformar en otra receta. Si crees que no conoces a uno así, he de decirte que esta servidora es uno de ellos, agarro ese pequeño de conjunto de ingredientes y modifico ligeramente su presentación o contenido para hacer de él una variante que mantenga su esencia, su sabor y se adapte a otro tipo de comidas. También se da el caso de recetas que surgen a partir de lo que queda en la nevera del día anterior, eso que llaman los americanos leftover y que en español no suena muy atractivo o quizá sólo sea un prejuicio mío “las sobras”, pero que bien aprovechadas resultan en platillos deliciosos y que  ninguno de tus comensales adivinará que están hechos a partir de lo que sobró en la nevera. En el futuro iré publicando algunas recetas basadas en estas transformaciones, si se te ocurre alguna me encantaría que las compartieras con nosotros.
(podrás encontrar esta sección a partir de ahora en la página hablando sola)

Con el relleno de queso, hongos y espinacas del enrollado de hojaldre… Canelones rellenos

Si te gusta esta combinación de ingredientes y no te apetece hacer el enrollado de hojaldre, puedes transformarlo en un delicado plato de canelones. Soy amante de la pasta, por ende la primera opción que se me ocurrió con este relleno sin lugar a dudas fue un reconfortante plato de la cocina italiana, como son los canelones cubiertos con una tersa salsa bechamel y un buen queso parmesano. Un plato ideal para una tranquila comida dominical en familia que puedes completar con un carpaccio de entrada, acompañar tus canelones con una buena ensalada y cerrar con broche de oro con un Pão de Ló, unas frutas frescas y una copita de Oporto.

Ingredientes
La preparación completa del relleno del enrrollado de hojaldre
4 tazas de salsa bechamel
12 canelones
½ taza de parmesano rallado

Preparación
Empieza por hacer el relleno y mientras se enfría podrás pre-cocer tus canelones según las indicaciones del paquete. Una vez listo, engrasa un refractario de 9” x 13”con mantequilla o cualquier otro tamaño o forma que gustes donde te quepan todos tus canelones. Coloca un tercio de la salsa como base para tus canelones. Puedes comenzar a rellenar tu pasta e ir colocándolos uno al lado del otro directamente sobre la salsa, una vez que hayas terminado cúbrelos con el resto de la salsa bechamel, esparce por encima el queso parmesano y hornéalos cuando gustes a 190°C (375°F), hasta que su superficie este doradita.
Rinde de 3 a 4 raciones ( 3 a 4 canelones por persona)

lunes, 22 de agosto de 2011

Enrollado de Hojaldre relleno de Queso, Hongos y Espinaca… uhmm!!! la combinación perfecta

Hace años, buscando recetas nuevas para agregar a mi pequeño abanico culinario, me topé con este enrollado en una colección de revistas de cocina en la cual lo catalogaban como strudel, un enrollado típico de Europa Central, y así lo llamé durante mucho tiempo hasta que aprendí que realmente no era un strudel, ya que su masa es totalmente diferente al hojaldre. Originalmente, esta receta contenía un delicado relleno de hongos, espinaca y queso cottage, para quienes no lo conocen este queso es parecido a la ricota pero más suave y húmedo, cuya combinación con los hongos lleva a otro nivel el típico relleno de ricota y espinaca. Aunque es cierto que desapareció el queso cottage del mercado venezolano, quedando como una rara exquisitez cuando lo consigues en algún local comercial a precio de oro, experimenté durante mucho tiempo una adaptación de esta receta que me diera la combinación ideal de sabor que con sólo el queso ricota no alcanzaba, y es esta la que hoy me alegra compartir con ustedes para que, al igual que en mi casa, no falte en su mesa este delicado enrollado que puedes servir como entremés en una reunión, como acompañante de cualquier comida o como protagonista junto con una ensaladita para una cena ligera.

Ingredientes
1 caja de masa de hojaldre de 2 unidades*
200 gr de hongos (champiñones) picados o rebanados
1 cebolla mediana en cuadritos
1 diente de ajo triturado
½ taza de vino blanco seco
150 gr de ricota con sal
60 gr de queso blanco duro rallado grueso
50 gr de queso mozzarella
2 huevos ligeramente batidos
1 huevo batido adicional para el barnizado del enrollado
Sal y pimienta al gusto
2 cucharadas de aceite de oliva
*El hojaldre puedes comprarlo ya listo y congelado en el supermercado en cajas o paquetes de 1 ó 2 unidades, es decir, 1 ó 2 rollos de masa de 250 gr cada uno. Para esta receta necesitarás 2 rollos.
Preparación
En un sartén grande calienta el aceite de oliva a fuego medio y sofríe la cebolla junto con el ajo hasta que este transparente, agrega los hongos y cocina todo hasta que el líquido que emanan se haya evaporado casi en su totalidad, agrega entonces la espinaca y el vino y una vez más permite que se evaporen los líquidos en su totalidad. Retira del fuego la preparación, agrega todos los quesos, condimenta con sal y pimienta tomando en cuenta que los quesos en especial el blanco es salado, por lo que te recomiendo probar el relleno antes de agregar sal de más. Agrega los 2 huevos batidos y mezcla para incorporar todo muy bien. Deja enfriar completamente el  relleno antes de usarlo.
Mientras el relleno enfría pon a precalentar el horno a 200°C (400°F). Desenrolla una de las masas sobre el mesón de trabajo sobre el plástico en el que vienen enrolladas, distribuye la mitad del relleno sobre ella sin llegar a los bordes para que la masa se pueda adherir consigo misma y sellar el relleno, ahora con la ayuda del plástico enrolla de nuevo la masa como si hicieras un brazo gitano, transpórtalo y dale la vuelta suavemente  sobre una bandeja de hornear con un silpat o previamente engrasada y enharinada para que no se pegue al momento de hornear, dejando el lado del cierre hacia abajo. Con un tenedor pincha varias veces el rollo hasta el fondo, atravesando todas las capas de masa y relleno para que el vapor pueda salir durante la cocción y se cueza uniformemente por dentro, repite de nuevo todo el proceso con la otra masa y cuando tengas las dos listas en la bandeja de hornear barnízalas con el huevo que batiste adicionalmente. Hornea hasta que estén doraditos tus enrollados.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Espinacas en Porciones


Muchas de las recetas que llevan espinacas recurren al método de cocerlas al vapor para luego picarlas en un procesador o a cuchillo bien finitas. De hecho, así es como te las venden las grandes industrias, en porciones congeladas en formas de bolitas o montículos para que tomes por separado la cantidad que necesitas. Pero este método, a mi parecer, cuenta con dos inconvenientes: el primero es que pierdes todo el sabor fresco de las mismas durante la cocción, además de que oscurece mucho su color; el segundo es que parte del agua que absorbieron durante el proceso agrega humedad adicional que no necesitas a tu receta, junto con un ligero sabor amargo.

Uno de mis desayunos favoritos es la omelette de espinaca, la cual normalmente hacía con espinaca fresca picada en sustitución de la pre-empacada y congelada. De ahí nació la idea que hoy quiero compartir contigo, un simple método para trabajar con ellas para nada original (es decir, no descubrí el agua tibia), pero sí muy práctico y sano, con las mismas ventajas de las congeladas pero sin los inconvenientes arriba mencionados y por si fuera poco, sin todos los aditivos y preservativos que conllevan las elaboradas industrialmente. De hecho es así como las utilizo en dos de mis recetas favoritas donde son las protagonistas.

Para procesar tu espinaca simplemente separa las hojas de los tallos, lávalas muy bien con agua y un poquito de vinagre y deja que se seque completamente sobre un paño de cocina en un lugar muy ventilado, hasta que no tengan rastros de humedad. Colócalas en un procesador y pícalas usando el pulsador (no la máquina continuamente encendida para que no maltrate y muela las hojas) hasta obtener el tamaño de tu preferencia. Empaca tus espinacas en bolsitas, según las porciones que quieras, por ejemplo 1 taza o 3 cucharadas colmadas, y refrigéralas hasta por una semana o congélala para usos futuros. Una vez congelada solo tendrás que agregarla directamente a tu preparación durante la cocción y listo.
Un paquete de espinacas entero tallos y hojas de aproximadamente 500 gr te rendirá algo así como para 3 tazas.

viernes, 17 de junio de 2011

Tarta de Chocolate sin harina… para chocohólicos profesionales

Si del cielo nos caen limones, entonces haremos limonadas. Si no consigues harina de trigo para hacer tus tartas prueba esta receta full chocolate y no te quedarás sin postre. Perfumada con ron y café, en una especie de mezcla entre soufflé y mousse, esta delicia oscura es para quienes disfrutan de un intenso sabor a chocolate negro.  No muy dulce ni muy amarga es perfecta para cerrar con broche de oro cualquier cena que tengas en casa, sobre todo si tienes comensales muy exigentes. Acompáñala con un rico y cremoso helado de café para reforzar su toque de mocha, o con crema batida y una salsa de fresas frescas, para tomar con ella una copa de un buen oporto o champaña helada son la mejor opción. Todo un hit para celebrar este Día del Padre.

Ingredientes para la tarta
160 gr de chocolate al 58,5% Bucare picadito o en gotas
155 gr de chocolate negro al 70% gran samán picadito o en gotas
185 gr de mantequilla sin sal dividida en cuadrados
¼ taza de azúcar + 2 cucharadas aparte
1 cucharada de ron*
1 cucharada de café instantáneo disuelto en 1 cucharadita de agua hirviendo
1 cucharadita de vainilla
5 yemas de huevo
3 claras de huevo
Pizca de sal
Cacao en polvo y mantequilla para preparar el molde
Un molde circular de 20cm
Un círculo de papel parafinado del tamaño para forrar el fondo tu molde
Ingredientes para la cubierta
75 gr de chocolate al 58,5% Bucare picadito o en gotas
75 gr de chocolate negro al 70% gran samán picadito o en gotas
75 gr de mantequilla sin sal dividida en cuadrados
*Puedes variar el sabor y aroma de tu tarta sustituyéndolo por ron de naranja
Preparación
Precalienta el horno a 300°F y engrasa el fondo de tu molde. Coloca el papel parafinado y engrasa de nuevo el fondo sobre el papel y los laterales del molde. Espolvorea con cacao en polvo hasta cubrir por completo el interior del molde.
Derrite a baño maría los chocolates junto con la mantequilla, mezclando muy bien para que se incorporen durante el proceso. Retíralo del fuego y deja que baje un poco la temperatura. Mientras tanto coloca las yemas de huevo junto con ¼ de taza de azúcar, el café disuelto, la vainilla y el ron en el tazón de una batidora y bate la mezcla hasta que las yemas se tornen pálidas, aumenten su volumen y se tornen como una crema. Con la máquina andando agrega lentamente la mezcla de chocolate y mantequilla a las yemas… y bate lo suficiente hasta que todo esté bien integrado.
Aparte,  bate las claras junto con la pizca de sal hasta que estén espumosas, agrega las 2 cucharadas de azúcar y bate hasta que se formen picos medio firmes. Incorpora en dos tandas las claras batidas a la mezcla de chocolate y yemas mezclando de forma envolvente con la ayuda de una espátula. Vierte la mezcla en el molde preparado y hornea la tarta por 35 a 40 minutos hasta que al introducir un palillo este salga muy húmedo pero no líquido. No sobre cuezas la tarta para no perder la textura particular que obtendrá después de la refrigeración.
Retírala del horno y deja que enfríe por 30 minutos antes de desmoldarla. No te asustes si se baja bastante después de hornear, esta tarta crece mucho dentro del horno sin desbordarse del molde, pero al enfriarse, al igual que un soufflé, desinfla. Para desmoldarla pasa un cuchillo con mucho cuidado alrededor de la tarta para desprenderla de los laterales, vuélcala sobre un plato cubierto de papel encerado, retira el molde y el papel del fondo, vuelve a taparla con el molde dejándola boca abajo y métela a la nevera para que enfríe durante 4 horas o por toda la noche.
Para la cubierta, derrite los chocolates junto con la mantequilla a baño maría, removiendo constantemente hasta que esté todo disuelto y bien incorporado. Saca de la nevera la tarta ya fría,  colócala sobre una rejilla y báñala con la mezcla de chocolate permitiendo que caiga por los costados para cubrirla por completo, pásala al plato de servicio y refrigera de nuevo por lo menos 2 horas.
Para servirla, divide tu tarta con un cuchillo delgado y caliente para que te sea más fácil, limpiando muy bien el cuchillo entre cada corte.
Rinde 10 porciones.
Versión original de Williams-Sonoma
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