martes, 27 de marzo de 2012

Panes… 5 tipos de masa para elaborar 50 tipos de pan



Richard Bertinet, nativo de Bretaña, Francia, aprendió el oficio de panadero desde muy temprana edad, trabajó para el Grand Moulin de Paris y luego en Inglaterra en la cocina de The Silver Plough de Pitton, en Salisbury, donde fue galardonado en contadas ocasiones como Jefe de Cocina, para luego fundar su propia compañía The Dough Co en el año 2000. Después de años de basta experiencia como panadero y profesor en las mejores escuelas de cocina, incluyendo la suya propia, The Bertinet Kitchen, publica un libro espectacular en el año 2005 que incluye un cd y donde enseña a cualquier persona que se lo proponga a hacer pan en casa, porque como él mismo dice “…para preparar pan no es necesario haber nacido panadero…”
Acá les dejo una cita sacada de la introducción de este hermoso libro que fue nominado el André Simon Award y el Glendfiddich Food & Drink Awards, ambos prestigiosos premios que otorga Inglaterra a los mejores libros de comidas y bebidas anualmente.
“He sido panadero gran parte de mi vida, y entusiasta del pan desde niño, pero hasta que empecé a enseñar a hornear panes sencillos  en casa, no entendí que la mayoría de las personas se divirtieran mucho y experimentaran una sensación de haber realizado una proeza cuando se daban cuenta, por primera vez, de lo que puede conseguirse con un poco de harina, levadura, agua y sal”.
“Panes” es un libro fácil de entender, con buenas explicaciones sobre cada una de las masas que este autor nos presenta y en qué tipos de productos se pueden convertir, además el cd con un video instruccional sobre cómo se debe medir, mezclar y amasar los ingredientes dándole confianza a cualquier lector para empezar la hermosa tarea de hornear pan en casa. Pueden buscar youtube los videos que hay de él para que les sirva de referencia de nuestro próximo profesor en casa. Disfrútenlo.

jueves, 22 de marzo de 2012

Pan de Campo Redondo… un aroma delicioso que llenará tu casa


un buen proyecto para hacer el fin de semana


¿Haz hecho pan alguna vez en casa? El olor al hornear el pan es mágico e irresistible, como mágico es su proceso en el horno. Sólo con harina, agua, sal y levadura creas este producto maravilloso que ha alimentado a la humanidad desde tiempos inmemorables. Hacer pan en casa es una de las tareas más reconfortantes que he hecho hasta ahora, deberíamos llamarlo panaterapia, porque el contacto con la masa y el proceso de amasado termina siendo muy relajante, como todo trabajo manual, y las caritas de los tuyos esperando a que salga del horno con ese aroma impregnando la casa y preguntando ¿ya está listo? ¿cuándo sale? es el mejor pago que pueda recibir un cocinero por su trabajo. Pero he de contarles que al principio como a todos, también me dio miedo enfrentarme al proceso de amasar el pan, ¿y si queda mal, y si me queda duro como una piedra? Pero por más duro que quede al principio (verás que no tanto, uno es su peor juez), su sabor y el orgullo de haberlo hecho por ti mismo contagiará a todos en casa y no te quedará otra que seguir practicando y, queridos míos, la práctica hace al maestro así que manos a la obra, mejor dicho a la masa. Quizás lo más difícil de lograr es que obtengas una costra crujiente que permanezca en el tiempo y que no se ablande un poco a las horas de haberse enfriado, la cual se debe a un baño de vapor que recibe la masa al entrar al horno panadero el cual tiene un dispositivo para ello y que al evaporarse empieza el proceso de secado durante la cocción de la capa externa del pan, obteniendo como resultado una costra crujiente y densa que algunos panes como el gallego o el campesino tienen. Pero eso es algo que se puede lograr en casa por distintos medios, de los cuales, mi preferido y con el que he obtenido mejores resultados, es hornear el pan dentro de una olla de hierro pesada y con la tapa puesta durante la mitad de la cocción, lo que los franceses llaman Cocote y es conocida en inglés por Dutch Oven, generando una cámara de vapor dentro de ella que simula a la perfección los hornos utilizados en una panadería. En fin, con costra o sin ella, hacer pan en casa es una aventura divertida que espero disfrutes en compañía de tus seres queridos un buen fin de semana.

Ingredientes
500 gr de harina todo uso
7 gr de levadura instantánea*
1 ½ cucharaditas de sal
350 ml de agua
Harina para enharinar la superficie de trabajo
Preparación
Amasando a mano: coloca en un tazón bien grande la harina y la levadura instantánea, mezcla ligeramente con las manos hasta que la levadura se esparza y desaparezca dentro de la harina, luego agrega la sal y repite el proceso. ¿Por qué hacemos esto? Para evitar que la sal entre en contacto directo con la levadura, detenga su proceso de levad. Una vez lista la mezcla, agrega el agua y con la de una cuchara de madera ve incorporando de a poco la harina hasta que forme una masa dispareja pero cohesionada.

Esparce un poquito de harina sobre un mesón de superficie lisa, vuelca la masa sobre el mismo, amasa estirando y doblando sobre si misma la masa por unos 10 minutos, hasta que te quedé bastante lisa y suave. Forma una bola con ella, traspásala a un tazón grande ligeramente engrasado para que no se pegue y cúbrela con un plástico (yo utilizo un gorro plástico de baño, de esos que usas para no mojarte el cabello cuando te bañas y que consigues fácilmente en las farmacias o perfumerías) o un paño de cocina húmedo para dejarla reposar por hora y media o hasta que doble su tamaño. En este momento comienza lo que llamaremos la fermentación inicial, que es el primer proceso de levado que llevara tu pan.
Una vez transcurrido el primer proceso de levado, prepara una cesta de pan colocando un paño de algodón encima de ella y espolvoreándolo muy bien con harina, reserva tu cesta en un lugar aparte. Ahora vuelve a volcar tu masa sobre el mesón enharinado y, con la ayuda de las yemas de tus dedos, estira suavemente un poco la masa aplastando y desinflando parcialmente las burbujas de aire que están dentro de la masa, no las pinches todas, hasta formar un cuadrado no muy grande. Muy bien, el paso siguiente será llevar las puntas hacia el centro como si doblaras un pañuelo y apretar suavemente para unir estas esquinas entre sí, vuelve aplanarla un poquito y repite esta operación unas 3 a 4 veces más. Este proceso crea una especie de red en la superficie que contendrá la forma de tu pan durante el segundo levado y el horneado. Permite que la masa repose un par de minutos, luego tómala con las manos y vuelve a llevar los extremos uno por uno hacia abajo y hacia adentro haciendo un poco de presión (pellizcándola) en la parte inferior para unirlos, como se formaras la capucha de un hongo, tensando la superficie superior un poco más. Una vez bien cerrada la masa por debajo colócala de nuevo en la mesa con dicho cierre hacia abajo y hazla rodar entre tus manos hasta formar una bola. Traspasa tu pan a la cesta que preparaste anteriormente colocando el área de cierre hacia abajo y cúbrelo con las puntas del paño que sobresalen. Vuelve a colocar tu gorro plástico por encima y deja que vuelva a levar por lo menos unos 45 minutos más o hasta que leve casi el doble de su tamaño. Este proceso de fermentación se le llama fermentación final y una vez que se inicie es bueno que pongas a calentar tu horno, con la olla tapada dentro de él, a unos 425°F, todo este tiempo de precalentamiento asegurará que tanto el horno como la olla mantengan la temperatura relativamente estable durante el proceso de horneado.


Amasando con la batidora: para hacerlo debes de disponer de una batidora que tenga un motor con capacidad (fuerza) de procesar masas con levaduras y ganchos especiales para ello. En mi caso cuento con una KitchenAid que tiene esta función y que verás en muchos sitios llamada como stand mixer. Pues bien, en esta máquina es muy sencillo, solo debes unir todos los ingredientes secos siguiendo las instrucciones arriba mencionadas, agregar el agua y poner en marcha la máquina con el gancho de amasar, en velocidad 2, por unos 5 a 7 minutos, luego sólo debes pasar la masa al mesón enharinado, formar rápidamente una bola con ella para luego colocarla en el tazón engrasado y seguir con el mismo procedimiento de fermentación inicial, formado del pan y fermentación final del amasado a mano.

Para hornear tu pan una vez terminada la segunda fermentación, saca con sumo cuidado del horno tu olla, la cual debe estar muy caliente, destápala y traspasa tu pan rápidamente a la cavidad de la misma una vez más con el cierre hacia abajo. Espolvorea con un poquito de harina la superficie de la masa y con un cuchillo bien afilado o con la ayuda de una hojilla (gilette) de las antiguas afeitadoras haz tres cortes de aproximadamente 2 cm, tápala de nuevo y devuélvela al horno. Hornéalo con la tapa puesta por unos 25 a 30 minutos, luego retira la tapa y continua el horneado dentro de la olla por unos 25 a 30 minutos más o hasta que esté bien doradito y que al golpear el pan por debajo este suene hueco (TOC,TOC).

Ya cocido, retira la olla del horno y el pan de la misma inmediatamente, déjalo enfriar sobre una tabla de madera o una rejilla antes de cortarlo, escucharas con empieza a crujir la concha y a formarse pequeñas grietas en la concha, eso se debe al cambio brusco de la temperatura en su exterior y la liberación de vapor que sale de su interior,  es lo que yo llamo y mi hijo siempre se ríe, ¡oye el pan esta cantando!!!
Tips: si no cuentas con esta olla para la elaboración del pan, siempre puedes hacerlo en una bandeja de hornear normal y corriente, después sólo con calentarlo un poco en el horno a 350°F le devolverás su característica crocante a la costra.
Tips: puedes congelar el pan que te sobre, así siempre tendrás a mano pan para sacarte de apuros. Para descongelarlo déjalo un rato fuera del freezer y luego caliéntalo en el horno un ratico.
Rinde 1 pan redondo

martes, 20 de marzo de 2012

Lingüinis Carbonara 4 Quesos con Albahaca… que me perdonen los romanos



Y es que este famoso plato de pasta, cubierta de una intensa salsa a base de huevos, queso y tocineta servida con bastante pimienta negra, que se sirve en Roma y que es toda una institución, no se salvó en mi cocina de sufrir una pequeña variante al agregarle a la combinación de parmesano y pecorino 2 quesos más, junto con una lluvia de albahaca finamente picada. El resultado de esta transformación es una pasta contundente que me recuerda el delicioso sabor de una Quiche Lorraine y un sabor más delicado al de una salsa 4 quesos tradicional, al sustituirlos por quesos más suaves y no agregar más grasa con la crema de leche. Esta experiencia fue de lo más divertida y se me ocurrió a último momento cuando un mediodía, apurada por terminar el almuerzo, decidí hacer uno de nuestros platillos favoritos super rápidos, una pasta carbonara. Estoy segura que no soy la única y que tú seguramente has hecho una cantidad de transformaciones a tus preparaciones de siempre para llevarlas a otro nivel, me encantaría conocer alguna de ellas.
Ingredientes
500 gr de lingüinis
3 huevos
¼ de taza de queso pecorino romano rallado
¼ de taza de queso manchego rallado
1/3 de taza de queso gruyere rallado
¼ de taza de queso parmesano rallado
Queso parmesano rallado adicional para servir en la mesa
185 gr de tocineta ahumada
2 cucharadas de aceite de oliva
Albahaca al gusto
Sal y pimienta
Preparación
En una olla grande coloca suficiente agua para cocer tu pasta y ponla al fuego. Pica en pequeños lardons o rectángulos, colócalos en una cacerolita junto con el aceite de oliva, tápalos y llévalos a la hornilla cociéndolos por unos 15 minutos a fuego bajo para que no se doren, una vez transcurrido este tiempo, apaga el fuego y mantenlos tapaditos para conservar la temperatura.

Al hervir el agua para la pasta, agrega sal suficiente para salar ligeramente el agua y pon a cocer los lingüinis. Para preparar la salsa pica la albahaca finamente, bate en un tazón los huevos junto con los quesos rayados, un poco de pimienta y agrega la albahaca. Coloca un colador para pasta sobre un tazón grande donde puedas servir toda la pasta y una vez que los lingüinis estén al dente cuélalos sobre el mismo permitiendo que el agua caliente de la cocción caiga dentro del tazón para calentarlo, no descartes el agua hasta que esté lista la pasta para ser servirda. Por otro lado, devuelve la pasta a la olla caliente, agrega la tocineta y remueve muy bien para que todo el aceite la impregne y se distribuya bien la tocineta cocida, a continuación agrega la mezcla de huevos crudos y queso removiendo rápida y constantemente toda la preparación hasta lograr una emulsión convirtiéndose en una salsa blanca que recubra los lingüinis. Si notas que está un poco seca y escasa de líquido agrega un poco de agua de la cocción que tienes en el tazón de servicio hasta lograr la consistencia que te guste. Ahora ya puedes descartar el agua y pasar tu preparación al tazón de servicio. 
Sirve de inmediato y coloca un poco más de queso parmesano en la mesa para que tus comensales se sirvan sobre ella si así lo desean. Bon apettit.
Rinde 4 porciones

jueves, 15 de marzo de 2012

Una escuela de cocina que da clases por internet… el futuro de la cocina digital


Hoy quiero compartir con ustedes un regalo muy especial que recibí de mi madre, una cibernauta empedernida a la cual debo mi afición a la web y a la cocina, un curso de cocina por internet. Y es que después de ayudarme con una suscripción digital a una de las revistas de cocina más prestigiosa del mundo hace meses atrás, le comenté el nuevo proyecto en que recientemente este grupo editorial se había involucrado, una escuela de cocina on-line, la cual recomiendo ampliamente después de haber tomado ya unas maravillosas lecciones.


Se trata de America´s Test Kitchen CookingSchool, dedicada a todas aquellas personas que les guste cocinar con deseos de mejorar sus técnicas y aumentar su repertorio de recetas,  de la mano de chefs profesionales de larga experiencia con quienes aprenderás a través de videos, fotografías paso a paso y textos muy bien explicados. Dicha escuela consta de dos programas: el primero, más económico, es auto didacta y te da acceso ilimitado a todas las recetas de la escuela junto con los videos u fotografías explicativas para que las veas cuantas veces quieras, las 24 horas del día, además de una versión imprimible con todas las fotos respectivas del paso a paso; el segundo programa goza de todos los beneficios arriba descritos, pero además cuentas con un instructor asignado a quien preguntar las dudas que tengas, solucionar problemas de ejecución de una técnica determinada y compartir tus platillos terminados mediante fotografías para una evaluación de tu ejecución de dicha receta o técnica.



America´s Test Kitchen Cooking School pertenece a Cook´s Illustrated, un portal dedicado a la cocina en la web y una aplicación para iPhone e iPod Touch, con experiencia de más de 20 años a través de sus revistas, libros, que además de Cook´sCountry, cuenta con America´s Test Kitchen, una serie de programas de TV donde se realizan test de sabores, calidad de ingredientes y una revisión detallada de utensilios de cocina y pequeños electrodomésticos para que hagas la mejor inversión en tu cocina y no malgastes dinero en marcas costosas que ofrecen lo que prometen.

En fin, una gama de excelentes alternativas reunidas en www.cooksillustrated.com a la cuales puedes suscribirte por separado para disfrutar de lo que cada una te ofrece y acceder a lo que el futuro digital puede aportar a tu cocina.

Esta es sólo una de muchísimas publicaciones dedicadas a nutrir tus conocimientos, recetas, técnicas y productos para satisfacer hasta el gourmad más exigente, las cuales iremos explorando en próximos posts.

lunes, 12 de marzo de 2012

Risotto de Cebada con Hongos Salteados y Aceite de Albahaca… una alternativa novedosa



Si eres amante del risotto tanto como lo soy yo, acá te traigo una receta riquísima y diferente. La cebada, al igual que el arroz, también es un cereal sólo que  no tiene tan alto contenido de azúcares en su almidón y, por consiguiente, es una alternativa para aquellos que nos gusta un buen risotto en los momentos en que los carbohidratos cuentan en un plan de alimentación restringida además ser una opción para quienes que, por problemas de diabetes, no pueden comer arroz. Es más que perfecta, tiene la misma cremosidad que desarrolla el arroz arborio en este tipo de cocción, es ligera para la digestión y queda perfectamente al dente. La combinación de los hongos salteados y el aceite de albahaca llevan a este clásico de la cocina italiana a otra dimensión. No dejes de probar cosas nuevas cada vez que puedas, descubrirás que tu abanico de sabores puede llegar a ser infinito. Espero que la disfrutes, Bon Appetit.
Ingredientes para el Aceite de Albahaca
4 cucharadas de aceite de oliva extra virgen
Albahaca suficiente para llenar una taza sin presionarla, o ½ taza cuando la conpactas
Ingredientes para el Risotto y los Hongos Salteados
1 taza de cebada perlada previamente hidratada*
2 tazas de caldo de pollo
1 ½ tazas de agua
½ cebolla morada mediana
300 gr de hongos**
1 limón pequeño
4 cucharadas de mantequilla sin sal
1 ½  cucharaditas de aceite de oliva
3 ramitas de tomillo
½ taza de vino blanco seco + 2 cucharadas
1 taza de queso parmesano rallado + queso parmesano rallado para decorar
Sal y pimienta al gusto
*para hidratar la cebada colócala en un tazón grande y cúbrela con agua por lo menos 3 horas o toda la noche antes de preparar tu risotto.
**para esta receta utilicé los tradicionales hongos blancos de botón pero puedes usar hongos portobellos o cremini, si están a tu disposición en tu supermercado favorito.
Preparación
Cuela y pasa por agua corriente la cebada dejándola escurrir muy bien, coloca al fuego una cacerolita con el caldo y una taza y media de agua a fuego bajo. Mientras éste se calienta, pica finamente la cebolla, rebana la mitad de los hongos en láminas delgadas y la otra mitad pícala en cuartos u octavos, dependiendo de la variedad de hongos que estés usando y reserva estos últimos aparte en un tazón.
Para preparar el aceite de albahaca, coloca tus hojas en el recipiente de un procesador pequeño, o en el vaso de una licuadora, agrega las 4 cucharadas de aceite y procesa hasta obtener un aceite verdoso cuidando que las hojas estén trituradas pero no licuadas del todo. Reserva tu aceite hasta el momento de servir los platos.

Pon al fuego una cacerola grande de fondo pesado preferiblemente y agrega una cucharada de mantequilla junto con una cucharadita de aceite de oliva, una vez caliente y derretida la mantequilla baja la llama a la mitad de la potencia e  incorpora la cebolla, cuécela removiendo constantemente por unos 5 a 8 minutos o hasta que este transparente pero sin dorarse, agrega los hongos rebanados y un puntito de sal, sigue la cocción hasta que los hongos hayan reducido de tamaño y cambien su color a marrón dorado. Una vez en este punto agrega la cebada previamente escurrida, aumenta de nuevo la potencia de la llama y saltea todo removiendo constantemente por 1 minuto para luego agregar la ½ taza de vino, cocina unos minutos hasta que prácticamente se evapore.

Ahora empezaremos a agregar la mezcla de caldo caliente por cucharones, baja el fuego casi al mínimo para que no se evapore tan rápido y empezamos por incorporar dos cucharones de caldo al risotto, una vez se haya evaporado casi todo agregas de nuevo uno o dos cucharones más, siempre removiendo para que no se pegue al fondo y para ayudar a que la cebada vaya soltando el almidón necesario para la textura final de este riquísimo plato. Sigue repetida y lentamente la incorporación de líquido durante más o menos 25 minutos o hasta que tu cebada este al dente y el líquido se hay reducido lo suficiente hasta obtener la apariencia de un atol de avena.

Entre tanto está lista tu cebada, coloca al fuego un sartén mediano a fuego moderado y agrega una cucharada de mantequilla y ½ cucharadita de aceite de oliva, una vez caliente agrega los hongos picados en cuartos y saltéalos rápidamente y sin remover demasiado para que no boten líquido hasta que se doren por todos sus lados, ya dorados agrega las 2 cucharadas de vino blanco restantes, el jugo de medio limón y sal y pimienta a tu gusto. Al evaporarse por completo el vino retíralos del fuego.

Una vez listo, apaga el fuego, agrega 1 taza de parmesano rayado, el jugo del medio limón restante, un poquito de sal y pimienta y remueve para mezclar todo muy bien, si se pone muy espeso agrega un poquito más de caldo si aún tienes o un poquito de agua, vuelve a mezclarlo todo y tapa la olla dejando reposar el risotto un par de minutos, tiempo ideal para preparar los platos de servir colocando unas 2 a 3 cucharaditas de aceite de albahaca en el fondo del plato distribuyéndola por toda la circunferencia del mismo. Por último agrega dos cucharadas de mantequilla al risotto una vez transcurrido el tiempo de reposo, remueve hasta incorporarla completamente, rectifica la sal y sírvelo de inmediato decorando por encima cada platillo con una porción de hongos salteados, una cucharadita adicional de aceite de albahaca y parmesano rayado. Si gustas puedes agregar un poco más de pimienta recién molida.

Rinde 4 porciones.


Con esta receta estoy participando en el concurso "Italia, mucho más que pasta y pizza" en España.



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Entradas populares

Gracias por tu Visita

FeedBurner FeedCount